sábado, 11 de diciembre de 2010

GARDEL, TANGO, VINOS Y ‘CHAMPAN’

Se cumplen hoy 121 años del nacimiento de Carlos Gardel, recordándolo en esa relación del tango dentro del arte y la cultura, la influencia del alcohol y predominantemente del vino en muchas de sus composiciones musicales. Esta pequeña nota va dedicada a todos los seguidores del tango que hoy lo recordarán con alegrías o tristezas, siempre alimentadas de inolvidables nostalgias.
La voz de Carlos Gardel fue una referencia obligada en el mundo del tango convocando muchas generaciones de entusiastas aficionados del género, y si bien entre las temáticas desarrolladas se encuentran esos viejos y oscuros zaguanes de la tristeza, el alcohol ha jugado un papel destacado también entre sus letras y títulos de sus obras.
Y es que ha sido una característica central el explicar el motivo de la recurrencia a la bebida por la causa del despecho de una mujer, o el olvido, las penas, confesiones que tienen un vaso de vino, una copa de champagne o alguna botella en el centro de la escena, quizás con la necesidad de paliar esa profunda tristeza.
Es en todo el género tanguero y en el ambiente arrabalero que surgen una gran cantidad de temas y autores muy conocidos como por ejemplo Enrique Cadícamo con “Los mareados” que cuenta la historia de la separación de una pareja, Alberto Echagüe con “El vino triste”, "El borrachito", de Manuel Acosta Villafañe, "Copas, amigas y besos", grabado por Aníbal Troilo, La última curda", que tiene como versiones más importantes la de Edmundo Rivero, en 1957 y la de Roberto Goyeneche, "La embriaguez del tango", por Floreal Ruiz y Aníbal Troilo o incluso Cátulo Castillo en esa versión de “La última curda” cuando el dramatismo del personaje central lo lleva a reconocer su fracaso en la vida, con una mirada un tanto oscura de su existencia.
Y en cuanto a Carlos Gardel son dos grandes temas los que lleva a contar historias relacionadas con el alcohol, como “El curdela” en el que la cita es en las tabernas y su personaje habita los ensueños de penas con rostro de mujer lo que lo lleva a embriagarse perdidamente, y por otro lado, otro de los temas es “La última copa”, con la famosa frase “…llene la copa de champán”, con un despechado alma tras el fracaso con la mujer de su vida en el que el tema y su letra va a girar por el camino del olvido, abrazándose a la tristeza y pidiéndole al mozo “eche amigo nomás, écheme y llene, hasta el borde la copa del champán, que mi vida se ha ido tras de aquella que no supo mi amor nunca apreciar”.

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