viernes, 29 de abril de 2011

MANET, PARIS, FOLIE BERGERE, CHAMPAGNE

Se cumplen mañana 128 años del fallecimiento de uno de los más grandes pintores del siglo XIX, y es que nos estamos refiriendo a la figura de Édouard Manet que fue el precursor del camino de la escuela impresionista y al que de hecho se lo considera el fundador del impresionismo.
Este artículo está motivado porque en muchas de sus obras enmarca la diversidad de los placeres que lo rodeaban y del que el artista formaba parte: Paris, el “Folies Bergére” y las bebidas, entre ellas principalmente el champagne.
La diversión para Manet era la nocturna vida parisina siendo esta ciudad considerada históricamente la capital de las luces. Para mediados del siglo XIX, el poeta y amigo de Manet, Charles Baudelaire, señalaba que su amigo retrataba mejor que nadie la realidad de la vida cotidiana de la ciudad francesa y ciertamente Manet pinta al famoso cabaret parisino de las Folies Bergére como uno de los lugares en los que la modernidad se presentaba como un espejo hacia el mundo. El vocablo folia deriva del latín (hojas) y simbolizaba justamente una casa de campo que se hallaba oculta tras las hojas y donde la gente se abandonaba a sus placeres natural y libremente.
Es necesario destacar que la bebida favorita que más se consumía en este cabaret era precisamente el champagne y Manet retrata en sus pinturas todo ese mundo como nadie ya que participaba asiduamente y era un observador minucioso de esa realidad. En sus obras, se pueden ver muchas y diversas botellas de champagne como las que se circulaban por ese entonces, Mumm, Heidsieck y Pommery extra-seco colocadas en baldes pero también se pueden visualizar botellas de cervezas y una variedad de licores. Manet también va a dar cuenta en sus pinturas del entorno, la estructura de los mostradores del cabaret y todo lo que tiene que ver con los placeres, los brillos y su dato más destacable que es propio del impresionismo y que nace del movimiento, como si todo fluyera a partir de una dinámica muy intensa y vivaz y donde las sensibilidades y las secuencias se percibieran tan expresivas, sugestivas y naturales, así es como lo pintaba Manet, así es como lo disfrutamos nosotros.Bon Appetit.

jueves, 21 de abril de 2011

CERVANTES, QUIJOTE, MANCHA, VINOS Y OLÉ!

Se cumplieron ayer 396 años del fallecimento de Miguel de Cervantes Saavedra. El siglo de oro español en la literatura universal está inseparablemente ligado a la compañía del vino y tenemos que señalar que así lo demuestran obras de Lope de Vega o de Francisco de Quevedo, pero Cervantes ha sido considerado para muchos la máxima expresión de la literatura española con su gran obra "El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha", que llegará a ser señalada como una de las más importantes obras de la literatura universal.En este libro, Miguel de Cervantes va a narrar la vida de Don Quijote, un hidalgo manchego que va a ir en busca de aventuras, imaginando que alguien narraría posteriormente su historia, pero este protagonista (en una ironía digna de Cervantes), va a perder la cabeza con la lectura de ingenuos libros de época de caballerías. Enloquecido, el Quijote va a solicitar ser nombrado caballero, en su recorrido lo va a acompañar Sancho Panza, quien será el que lo enaltecerá durante todo el viaje, por lo cual lo encontrará luchando contra gigantes imaginarios que no serán otros que grandes molinos de viento; sobre el final los roles se van a invertir, Don Quijote recobrará su cordura y Sancho perderá la cabeza.
A lo largo de todo el desarrollo de la obra, Cervantes va a hacer muchas menciones al vino, principalmente en la figura de Sancho, ya que como caballero, Don Quijote no podía beber mientras cabalgaba y esa imágen Cervantes la respetaba (no así el papel de la caballería, a la que ridiculizaba), y es que utilizarán al vino hasta para curar las heridas del Quijote, al mezclarlo con aceites, sales y especies. Todo este épico recorrido lo van a realizar por La Mancha, Cuenca, Toledo, Albacete y Ciudad Real, y Cervantes lo narra en el capítulo ocho donde refiriéndose a Sancho señala;…”de cuando en cuando empina la bota, con tanto gusto, que le pudiera envidiar el más regalado bodogonero de Málaga”, o también describe en Sancho su afición por el vino en el momento en que Don Quijote le recomienda…”sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado, ni guarda secreto ni cumple palabra”. Este escritor(que alguna vez sostuvo que “la pluma es la lengua del alma”), va a escribir en su obra un placer que lo expresaba como propio…“Llenáronse de regocijo los pechos porque se llenaron las tazas de generosos vinos que, cuando se trasiegan por la mar, de un cabo a otro, no hay néctar que se les iguale.”
Evidentemente, resulta sorprendente cuando uno relee estas grandes obras, como el vino en todas sus expresiones, posee un rol protagónico y no es casual que grandes escritores clásicos de la talla de Boccaccio, Rabelais o Cervantes hayan expresado en la figura del vino a un arte con luz propia, y que será junto a la literatura, una fiel representación de dos de los placeres, que maravillosamente han nutrido al campo de la cultura popular. Bon Appetit.

viernes, 15 de abril de 2011

LEONARDO DA VINCI Y LA FILOSOFIA DE LA RAZÓN

Son muchos, (tanto como sus talentos y disciplinas), pero hoy cumpliría 559 años de edad, Leonardo Da Vinci, y la intención de recordarlo surge no solo por haber sido inventor, escultor, artista, ingeniero, científico, arquitecto, urbanista, poeta, filósofo, escritor, músico, botánico y uno de los más grandes pintores de todos los tiempos, sino para humanizar un poco al genio y citar que es lo que estaba ocurriendo en el siglo XV con las bebidas y con los alimentos que tuvieron su protagonismo en el famoso mural de la última cena de Jesucristo y sus apóstoles.
Fue en una ocasión a la que Leonardo Da Vinci fue invitado con motivo de una celebración de la boda de su sobrino y duque Ludovico el Moro, que ese sería el objeto central por el que Leonardo iba a pintar un mural, pero que todavía no estaba definido aún, pero lo cierto es que ese mural tenía un correlato ya que estaba influido por una gran cena con manjares y vinos. Leonardo finalmente tardaría unos tres años en terminarla y se trataría nada más y nada menos de la última cena de Jesucristo con sus apóstoles. Y fue así que Leonardo encargó una larga mesa para comenzar su obra y mandó preparar alimentos y traer vinos del Prior, pero no pasará mucho tiempo para que surjan las quejas del prior ya que luego de doce meses señalaba que ninguna marca ha hecho en la pared y solo se ha encargado de comer y beber, y en un mensaje le escribirá al conde …”las bodegas del priorato han sufrido una gran merma y ahora están secas por completo, pero el maestro Leonardo insiste en probar todos los vinos hasta dar con el adecuado para su obra maestra”, más adelante elevará su queja señalando…”mis frailes pasan hambre pues el maestro Leonardo dispone a su antojo de nuestras cocinas día y noche confeccionando lo que él afirma será la comida que precisa para su mesa”. Es necesario señalar que la tecnología de computación utilizada para ver el mural en los siglos posteriores permitió a los científicos de la revista médica The International Journal of Obesity escanear, rotar y calcular las dimensiones de cada una de las imágenes sin importar su orientación en los cuadros para ver que es lo que Leonardo pintó en su mural.
Por su parte el historiador John Varriano, profesor de la Universidad de Massachussets, en una exhaustiva inspección del cuadro descubrió con sorpresa que lo que hasta entonces se pensaba como pedazos de carne, eran en realidad restos de anguila y a lo largo de la mesa se podían visualizar, además de trozos de pan, nítidos gajos de naranja y semillas de granada. Lo cierto es que Leonardo tardó en realizar su obra casi tres años y fue en los últimos tres meses cuando pintó a los apóstoles, siete vasos de vino tinto medio vacíos y una comida que habría resultado mucho más austera de lo esperado y que habría contado con zanahorias, anguilas y unos huevos cocidos, muy en consonancia con el modo de vida sencillo al que se hallaba la sociedad bajo dominio del imperio romano. Leonardo (como le gustaba que lo llamaran), fue un adelantado en su época ya que no solo nos queda de él “La última cena” o “La Gioconda”, o sus múltiples sapiencias que tantos arquetipos dejó para las futuras invenciones, sino que su persona siempre estuvo involucrada al humanismo, al espíritu crítico y sobre todo a esa infaltable necesidad de inquietud que manifestaba como una curiosidad eterna que tan bien le hizo (y le hace) al pensamiento para día a día intentar construir sociedades más humanas y racionales. Bon Appetit.

lunes, 11 de abril de 2011

MOTÖRHEAD-SHIRAZ: DOS POTENCIAS SE SALUDAN

Se presenta esta noche en Argentina una banda de culto que ya ha pisado el país en numerosas ocasiones, y que mejor que rendirle hoy este pequeño tributo a Motörhead, precisamente cuando ahora fue el turno de esta banda inglesa la que como tantas otras cuenta ya con su vino propio de la variedad Shiraz, e incluso con cristalería metalera. Lo cierto es que como los Rolling Stones, Whitesnake o Sting, las relaciones entre el vino y el rock se fueron alimentando mutuamente a lo largo de los años, y eso se demostró también cuando al poner en venta las 12 mil botellas Shiraz 2009 de Motörhead, se esfumaron en no más de una semana, lo que evidenciaba su éxito y el protagonismo de la banda de Lemmy Kilmister, legendario cantante y bajista de Motörhead. Sin dudas este Shiraz más que un "as de espadas", debe ser un "as de uvas", no pudimos catarlo aún, ya que como su música, se voló de las góndolas a la velocidad de sus históricas guitarras, bajos y batería, pero según señalan los productores, y ya lo estamos percibiendo desde aquí, debe ser un potente concierto de frutas, con acordes de añejas barricas y sonetos de madura complejidad, aunque para los productores… “no importa el origen, ni la cepa, ni a que huela el vino; sólo importa que sea de Motörhead”. Bon Appetit.

sábado, 9 de abril de 2011

EL ESPÍRITU DEL VINO: CHARLES BAUDELAIRE

Se cumplen 191 años del nacimiento del poeta Charles Baudelaire, este escritor fue rajando las estructuras esquemáticas de su época, pero en ese camino cargó en su mochila con un calificativo nada agradable para esos tiempos en que la moral reinaba como única fé: se lo llamó el “poeta maldito”. La aristocracia no podía ignorar su voz y fue tratado con desdén por su vida bohemia y rodeada de excesos, pero la historia en realidad iba por otro camino.
Baudelaire nació en abril de 1821 y falleció en agosto de 1867 y entre sus “pecados” se lo señalará como un poeta irreverente que quebrará muchas estructuras de su época, siendo uno de los más avezados críticos de arte, aún sin dejar a un lado su militancia en muchos movimientos políticos contestatarios al “orden social” reinante.
El movimiento simbolista lo absorberá en los años de su gran obra “Las flores del mal”, criticando a todo el realismo conservador y sus formas absolutamente descriptivas, con todo lo que implicaba el orden y las jerarquías estéticas. Baudelaire va a romper en un sentido con la idea central del movimiento realista y va a hacer una exaltación a la imaginación, a los sueños y a la introspección que va a compartir con otros círculos intelectuales de la época.
En ese contexto histórico aparecerá su obra “El alma del vino”, uno de sus tan brillantes poemas en el que el poeta le dará un lugar y una voz al vino. Muy lejos de toda la estética narcisista fue un creador de espacios para innumerables y cercenadas voces y en ese poema quiebra el inconciente que planteaba que el beber vino significaba desplazarse en dirección al mal, uno de los tantos “crímenes” marcados por el “orden y la moral”.
A lo largo del poema plantea los beneficios del vino con relación a la salud, en cuanto a ser un líquido que va a calmar las ansiedades, también aparecen alusiones al descanso de los trabajadores después de una jornada de trabajo como un saludable refresco y considerarlo como un importante motivador de grandes cofradías de intelectuales en los bares y tabernas de la ciudad.
En el poema, el vino se encuentra en una especie de lámpara de Aladino, el cual posee voz propia y le va llegando la hora de despertar de su largo letargo, con lo que el poeta comparará también que su tiempo añejado le otorgará mayor voluptuosidad aún. Esto es parte de lo que Baudelaire expresó en esta obra cuando representó las ideas de una época; esos diálogos entre un vino y su sociedad y que tan bien han entendido músicos del siglo XX como los Héroes del Silencio con muchas de sus letras en su famoso álbum “El Espíritu del Vino”. Como siempre, la literatura, la música y el vino se vuelven a abrazar indisciplinadamente en un misma constelación de placeres del arte y la cultura. Bon Appetit.

jueves, 7 de abril de 2011

PABLO PICASSO Y EL VINO

En el día de hoy se cumplen 38 años del fallecimiento de Pablo Picasso, que fue uno de los grandes artistas del siglo XX que revolucionó el mundo del arte y uno de los tantos intelectuales que en esos tiempos se reunía cotidianamente en bares y tabernas junto a otros famosos artistas de diferentes movimientos vanguardistas a beber vinos, champagnes y absentas, las que se convertirían en numerosas ocasiones en la idea central de muchas de sus obras de arte.
Para muchos, Picasso junto a Miguel Angel fueron los artistas que mayor influencia tuvieron en la transformación histórica del arte, y es que el pintor y escultor español, entre tanta participación desde diferentes ámbitos, fue fundador junto a Juan Gris y Georges Braque del movimiento cubista. Lo destacado de este movimiento fue su rechazo a los convencionalismos, dirigiendo y enfocando su mirada hacia el ilusionismo, jugando con la ruptura en las estructuras y con la tridimensionalidad en el enfoque central de todo tipo de superficies.
A lo largo de diferentes períodos, Picasso fue modificando su mirada y en sus obras comenzó utilizando una diversidad de tonos azules representando figuras ligeramente alargadas, luego explorará el grabado y una gran diversidad de técnicas. El autor de la maravillosa e importante obra del bombardeo de Guernica en la guerra civil española, se dedicó a pintar en sus obras también bares y salones de comienzos del siglo XX como por ejemplo en su obra “Comida frugal” en la que muestra a un hombre y a una mujer en una mesa sentados junto a una botella de vino y a algo de comida a su lado, también pintará un cuadro en el que va a representar a un niño que está muy contento y que posee una botella de vino en su mano derecha y en la izquierda tiene una sartén con dos huevos fritos. Tiempo más tarde realizará una construcción de planos con naturaleza muerta sobre La Botella de vino ya en sus últimas etapas clásicas del cubismo donde también lo encontrará retratando copas y vasos de vino.
Picasso fue otro de los grandes artistas del siglo XX como Joan Miró o como Juan Gris que le dieron un rol destacado al vino en sus representaciones y todo ello no resultaba casual en esos tiempos sobre todo observando que tanto el vino, como el champagne, el whisky o la absenta han estado presentes en esas extensas y concurridas veladas en bares y tabernas iluminadas bajo esos históricos y novelescos escenarios parisinos. Bon Appetit.

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