Se cumplen hoy 108 años del fallecimiento de Paul Gaughin, otro gran artista del siglo XIX que en Francia retrató magistralmente el surgimiento de esa exuberante combinación de la noche parisina y todo el consumo del movimiento artístico alrededor de bebidas espirituosas como la absenta, el whisky y también de cervezas, champagnes y vinos.Evidentemente Paul Gauguin no fue un pintor más, entre
tantos otros, y es que la experiencia con diferentes y muy variadas escuelas lo llevó a otra mirada artística, ya que va a abandonar a la escuela impresionista tratando de expresar nuevas formas de significación como sucederá posteriormente con la escuela del "primitivismo" al que se unirá más tarde, luego de viajar por Africa y Asia y retratar cambios en las formas, en los diseños, alejándose del convencionalismo de la época e influyendo posteriormente sobre artistas de la talla de Matisse, Picasso, y de su amigo Vincent Van Gogh.
Precisamente sobre su relación con Van Gogh quedará en los anales de la historia no solo debido a sus contrastantes miradas de una misma realidad respecto a sus obras sobre los bares de Paris donde Gauguin reflejaba a las bebidas y al alcohol insertos en lazos de solidaridad entre los asiduos concurrentes, a diferencia de su amigo que solo veía depresión y desconsuelo, sino
también por un famoso incidente que alcanzó una gran repercusión y fue el que ocurrió con su amigo en las puertas de un prostíbulo de los suburbios de París.A raíz de importantes investigaciones de historiadores alemanes se pudo concluir en que en realidad existió una disputa entre Gauguin y Van Gogh por cuestiones personales lo que desembocó precipitadamente con Gaughin esgrimiento su sable (ya que era un gran espadachín) y le cortara la oreja a su amigo en un rápido movimiento.
Rodeado de absentas, oscuras y apasionadas noches de la ciudad de las luces, la vida de Gauguin siempre se caracterizó por su rebeldía a todo lo institucional, a las convenciones impuestas que lo fue alejando de los ámbitos familiares y de sus conocidas amistades para revertir en un sentido todo su brillante pasado artístico y difundir a través de su obra una realidad absolutamente transgresora, disímil y exótica en ese romántico languidecer del siglo XIX. Bon Appetit.