jueves, 21 de abril de 2011

CERVANTES, QUIJOTE, MANCHA, VINOS Y OLÉ!

Se cumplieron ayer 396 años del fallecimento de Miguel de Cervantes Saavedra. El siglo de oro español en la literatura universal está inseparablemente ligado a la compañía del vino y tenemos que señalar que así lo demuestran obras de Lope de Vega o de Francisco de Quevedo, pero Cervantes ha sido considerado para muchos la máxima expresión de la literatura española con su gran obra "El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha", que llegará a ser señalada como una de las más importantes obras de la literatura universal.En este libro, Miguel de Cervantes va a narrar la vida de Don Quijote, un hidalgo manchego que va a ir en busca de aventuras, imaginando que alguien narraría posteriormente su historia, pero este protagonista (en una ironía digna de Cervantes), va a perder la cabeza con la lectura de ingenuos libros de época de caballerías. Enloquecido, el Quijote va a solicitar ser nombrado caballero, en su recorrido lo va a acompañar Sancho Panza, quien será el que lo enaltecerá durante todo el viaje, por lo cual lo encontrará luchando contra gigantes imaginarios que no serán otros que grandes molinos de viento; sobre el final los roles se van a invertir, Don Quijote recobrará su cordura y Sancho perderá la cabeza.
A lo largo de todo el desarrollo de la obra, Cervantes va a hacer muchas menciones al vino, principalmente en la figura de Sancho, ya que como caballero, Don Quijote no podía beber mientras cabalgaba y esa imágen Cervantes la respetaba (no así el papel de la caballería, a la que ridiculizaba), y es que utilizarán al vino hasta para curar las heridas del Quijote, al mezclarlo con aceites, sales y especies. Todo este épico recorrido lo van a realizar por La Mancha, Cuenca, Toledo, Albacete y Ciudad Real, y Cervantes lo narra en el capítulo ocho donde refiriéndose a Sancho señala;…”de cuando en cuando empina la bota, con tanto gusto, que le pudiera envidiar el más regalado bodogonero de Málaga”, o también describe en Sancho su afición por el vino en el momento en que Don Quijote le recomienda…”sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado, ni guarda secreto ni cumple palabra”. Este escritor(que alguna vez sostuvo que “la pluma es la lengua del alma”), va a escribir en su obra un placer que lo expresaba como propio…“Llenáronse de regocijo los pechos porque se llenaron las tazas de generosos vinos que, cuando se trasiegan por la mar, de un cabo a otro, no hay néctar que se les iguale.”
Evidentemente, resulta sorprendente cuando uno relee estas grandes obras, como el vino en todas sus expresiones, posee un rol protagónico y no es casual que grandes escritores clásicos de la talla de Boccaccio, Rabelais o Cervantes hayan expresado en la figura del vino a un arte con luz propia, y que será junto a la literatura, una fiel representación de dos de los placeres, que maravillosamente han nutrido al campo de la cultura popular. Bon Appetit.

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