Se cumplen mañana 128 años del fallecimiento de uno de los más grandes pintores del siglo XIX, y es que nos estamos refiriendo a la figura de Édouard Manet que fue el precursor del camino de la escuela impresionista y al que de hecho se lo considera el fundador del impresionismo.Este artículo está motivado porque en muchas de sus obras enmarca la diversidad de los placeres que lo rodeaban y del que el artista formaba parte: Paris, el “Folies Bergére” y las bebidas, entre ellas principalmente el champagne.
La diversión para Manet era la nocturna vida parisina siendo esta ciudad considerada históricamente la capital de las luces. Para mediados del siglo XIX,
el poeta y amigo de Manet, Charles Baudelaire, señalaba que su amigo retrataba mejor que nadie la realidad de la vida cotidiana de la ciudad francesa y ciertamente Manet pinta al famoso cabaret parisino de las Folies Bergére como uno de los lugares en los que la modernidad se presentaba como un espejo hacia el mundo. El vocablo folia deriva del latín (hojas) y simbolizaba justamente una casa de campo que se hallaba oculta tras las hojas y donde la gente se abandonaba a sus placeres natural y libremente.Es necesario destacar que la bebida favorita que más se consumía en este cabaret era