Hemos sentido mucho hablar del Brandy, y es, de hecho, un aguardiente muy consumido y que verdaderamente cuenta con variadas y placenteras utilidades en tragos, y hasta en exquisitas recetas en el mundo gastronómico.
La historia señala que esta bebida tiene su origen en Italia, y su denominación era la de “acqua di vite” (agua de vida), y que luego, con el comienzo del comercio entre los primeros burgos en Europa, al trasladarse a Francia, empezó su producción bajo el nombre de “eau de vie” y ya para mediados del siglo XIV, sería consumida en toda Europa. El vocablo Brandy deviene del lenguaje holandés como brandewijn, que significaba branden y wijn, “vino quemado en barril”, que luego en su pronunciación al inglés, derivó en brandwine y más tarde en brandy.
El brandy se produce con la destilación de vino, y a partir de esto, recibe ciertas denominaciones, por ejemplo el que se produce con pulpas de semillas fermentadas, a las que luego se le extraen los jugos y son las denominadas grappas. La versión más conocida del brandy a partir de la destilación de frutas es la del cognac, que es elaborado a partir de uvas de esa región francesa, con la famosa Appellations d’Origine, las frutas pueden ser el durazno, la ciruela, la manzana, frambuesa, en el caso del Calvados, es un brandy de manzana de Normandía, en Francia, otro ejemplo es el Kirsch que es un brandy proveniente de la cereza, el más antiguo de todos ellos se remonta al siglo XVII y su nombre proviene del alsaciano “kirschwasser”, de la región de Alsacia. La zona con más alta calidad es la de Grande y Petite Champagne. El armagnac es el otro brandy francés muy conocido y se produce principalmente en Bas Armagnac y Aut. Armagnac. Para la elaboración de un cognac se parte en sus generalidades, de la utilización de uvas blancas, sin ser excluyente esto, pero las variedades más famosas siempre fueron St. Émilion, Colombard, y la Folle Blanche, que se encuentran en la región de Cognac. La destilación es muy lenta y luego se añeja por largos períodos en toneles de roble, con lo que se consigue un líquido ambarino, amarillento con tonalidades doradas, hasta amarronadas.
Como señalábamos más arriba al brandy se lo agrega a variadas recetas de platos, como por ejemplo el pollo al brandy con batatas al horno, o codornices al brandy, y hasta gambas con setas con una importante medida de brandy. Y entre los tragos se puede tomar el Champagne Cóctel, junto al espumante, Angostura y azúcar, o French Connection, con cognac y amaretto, como vemos su sabor es tan delicado y agradable que su adaptación convierte al brandy en una celebridad entre las más famosas bebidas espirituosas. Bon Appetit.